En la mayor parte de las
distintas especialidades, la publicaciones de revistas en lengua inglesa son
las de mayor prestigio y difusión internacional, y la aparición de Internet no
ha hecho sino acentuar el enorme dominio de la lengua inglesa en el desarrollo
y la difusión de los conocimientos científicos y tecnológicos, profesionales y
académicos. De esta manera, todos los profesionales que desean participar de
esa aldea global que constituye
el mundo de la ciencia y de los conocimientos se ven, de una u otra forma,
forzados al aprendizaje del inglés como lengua profesional y académica.
El término “lengua de especialidad” alude al
lenguaje específico que utilizan algunos profesionales y especialistas para
transmitir información y para negociar los términos, los conceptos y los
conocimientos de una determinada área de conocimiento a saber, confirmar los
existentes, matizar el ámbito de su aplicación y modificarlos total o
parcialmente.
Existen muchas lenguas de
especialidad, tantas como actividades humanas. Con un buen número de ellas se
ha formado un núcleo de subvariedades llamado “Inglés Profesional y Académico”
(IPA), también denominada “Inglés para
fines específicos”. Por lo tanto, se puede afirmar que el IPA es
hoy una disciplina académica reconocida y alentada por organismos
internacionales y, como tal disciplina, constituye el núcleo de un gran número
de cursos impartidos a universitarios y a profesionales.
En este sentido, puede
afirmarse que uno de los lenguajes de especialidad de mayor importancia y
complejidad es el “Inglés Jurídico”
pues es bien asumido por todos que una gran parte de nuestras actuaciones en la
vida están marcadas por relaciones de tipo jurídico, véase, cualquier compra
que hagamos, la formalización de un seguro, el matrimonio, el divorcio, la
herencia, etc. Por ello, creemos que se hace imprescindible que los
profesionales del derecho asuman la importancia de adquirir conocimientos de Inglés Jurídico como lengua de
especialidad.
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